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Alfonso started the topic Abindarráez: Un caballero muy femenino in the forum Libros de caballerías 7 years, 7 months ago
Al principio de la historia de El Abencerraje vemos un retrato del moro muy extraño. Extraño en el sentido en que Abindarráez es descrito de manera muy desigual. Por un lado es una especie de caballero muy masculino: “[T]raía el braço derecho regaçado y labrada en él una hermosa dama, y en la mano una gruessa y hermosa lança de dos hierros” (De Villegas 46). En mi opinión, el hecho de llevar una hermosa dama ya le proporciona al personaje una cierta masculinidad y también está, por supuesto, las connotaciones sexuales que hacen referencia a la “gruessa y hermosa lança de dos hierros”. Parece común que un caballero (aunque en este caso parece salirse de los parámetros por no ser cristiano) sea descrito de una manera masculina, ya que debía poseer una fuerza física importante para salir victorioso de sus batallas.
Pero esto contrasta con una cierta feminización a la hora de describir este personaje, una especie de androginia que vemos en este “peculiar” caballero a lo largo del texto. Así, en esta misma descripción que leíamos arriba, el lector puede observar algunas características que no parecen ser propias de un caballero: “y cantando un cantar que él compuso en la dulce membrança de sus amores” (46). El hecho de que el caballero cante lo hace femenino, no digo yo que un caballero no deba cantar pero sí que me parece que lo hace menos masculino. Además, no solo canta sino que lo hace mal, y esto de alguna forma remata la feminidad del personaje: “[A]unque a la música faltava el arte, no faltava al moro contentamiento; y como traía el coraçón enamorado, a todo lo que dezía, dava buena gracia” (46). El hecho de que Abindarráez esté cantando y que su canto no sea bueno hace al personaje todavía más femenino. Además, Abindarráez canta porque está enamorado, y esto tampoco ayuda a su masculinización. No solo lo hace más femenino sino que lo convierte en un hortera, cursi y hasta ridículo ya que “dava buena gracia”. Vamos, que en vez de ser un caballero parece un bufón.
Pero la descripción de este personaje no acaba ahí. Sin entrar de lleno en el tema de los suspiros que ya me resulta “sospechoso”, cuando está con su prometida Jarifa, Abindarráez se comporta como un niño, un comportamiento muy alejado del de los caballeros. Primero suspirando por la situación en la que se encuentra porque él es consciente que tiene que volver a Álora porque es prisionero de Rodrigo de Narváez, y Abindarráez se siente muy triste porque debe alejarse de su prometida. Y aquí es cuando Jarifa hace su entrada y le dice a Abindarráez: “[N]o te congoxes, Abindarráez, que yo tomo el remedio de tu rescate a mi cargo” (68). Parece extraño que los problemas de un caballero se los tenga que resolver otra persona, y más que esta persona sea su prometida. Solo hace falta que Jarifa participe en las batallas de su amado para rematar la situación. Además, Abindarráez no solo no rechaza la ayuda de su amada y trata de buscar una solución él mismo sino que al final incluso “[E]l moro, llorando de contentamiento, la abraçó” (68), lo que muestra que este “señor” no parece ser un verdadero caballero, o al menos no es el típico caballero al que el lector está acostumbrado.